jueves, 17 de septiembre de 2009

Noche de Ferragosto


Me miraba desnuda la noche
con esos ojos
con los que nunca me ha mirado la mañana.

Me miraba,
tan oscura y tan serena,
abrazando mi silencio
tan callado como ella
_ cómo sirven las palabras
cuando no han de ser nombradas_

Me miraba
y se hizo algarabía,
tan oscura ,tan serena como estaba,
tan de pronto en explosiones sonreía,
y me hice yo la noche,
y ella se hizo la mañana
_ con su pléyade de soles espontáneos
que se marchan, que se apagan._

Me miraba iluminada,
como nadie me ha mirado, me miraba
con las briznas de la vida rezumando
por los poros donde el universo escapa,
así ella me miraba,
lacerando la retina de recuerdos
como pasos de baile deslizados
al son de un rumor que era cercano
_el mar anticipaba su alabanza_

Me miraba
y la mar se llenaba de deseos
relucientes de colores sobre el agua;
poco a poco se abrigaban, lentamente,
con la capa del tiempo y el olvido
_ así sea que el sueño de tantos
se impregne en el viento eternamente,
como olor de azalea,
y el aire huela a mil sueños
en cada noche de estrellas_

Y ya no quiso danzarme
por más que el mar la alabara:
me miraba desnuda la noche
con esos ojos
con los que nunca me ha mirado la mañana

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